Mis libros del 2015

Bueno, se que es algo tarde para subirlo, hace ya que acabó el año... Pero bueno más vale tarde que nunca. Excepto si estas esperando un trasplante de glándula "deesaquesinolatienestemueresperoya" Si estás esperando ese trasplante... Como tarden mucho, para cuando quieran ponértela estás ya metido en el carrito de los helados.

Si, tengo la tarde un poco tonta, disculpad.

Bien, de nuevo, de los libros que me he leído este año, he hecho una selección, y de estos, seleccionaré de nuevo, ésta vez, los tres mejores y los tres peores, de menos a mayor intensidad en sus respectivos campos. A saber: Pánico en la casa Blanca, Metro 2033, Centurión, Las águilas abandonan Britania, La última Legión, Aretes de Esparta, El águila en el desierto, Africanus el hijo del Cónsul, El misterio del Lobo Blanco, La playa de los ahogados, La noche del Diablo, ADN asesino.

¿Qué opino del episodio VII?

Preparaos que vine...

Aunque alguna que otra vez he prometido esto, esta vez intentaré cumplirlo. Voy a intentar ser BREVE. Bueno, ¿a raíz de que surge esta entrada? Hace un tiempo fui a verla. No pensaba verla en el cine, porque la verdad que algo me decía que me iba a decepcionar. Además por determinados motivos últimamente no me apetece ir al cine a ver ninguna película, me lleve un palo tan gordo en este aspecto que me dije "Ni una más". Pero bueno, me pidieron que fuera a verla y por no hacer un feo dije "si". La verdad es que mi niño interior sentía ilusión. No os voy a engañar, aunque el primer trailer me pareció la chapuza más gorda de la historia del cine... Los siguientes si que me despertaron la pulguita de verla. Así que muy en el fondo de mi corazón, como fan de Star Wars, tenía un poco de fe en que fuera mejor... De lo que resultó ser...

Soldados. También héroes.

Había imaginado de otro modo mi vida. Entonces, claro esta, era solo un niño. Ahora noto, sin darme cuenta de la jugada, que mi vida era una carta marcada. Una bala, una vida. Una lágrima que vale más en una tierra que en otra.

Cuando los veo, en sus aviones, en sus carros blindados...malditos, todos ellos. Al mismo tiempo que los veo siento nauseas, arcadas y un odio visceral. Malditos perros, aquí abajo la metralla salta ronroneando. No distingue entre niños, mujeres y hombres. 

En las calles los escombros se amontonan, entre piedras y más piedras los cuerpos de mis hermanos yacen sucumbidos...No, no tuvieron ninguna opción.

En esta tierra he vivido desde que nací, para unos soy el enemigo, para otros soldado, pero tan sólo soy un ser humano. Y esta es la tierra de mis padres, ni más ni menos...

Amor

No te hizo falta decirme nada aquella madrugada.

Sentí el mundo en un abrazo;

las flores durmiendo al son de la luna;

las pisadas melancólicas,

alcohólicas,

de alguien que vagabundeaba en una calle vacía;

el murmullo de la arena y las olas haciendo el amor al otro lado del océano;

el inmediato dolor y muerte de una bala en el estómago.

Sentí todo lo bueno y todo lo malo de la vida.

Esta vez, no se revolvía con nosotros, sino que quedaba en el linde más extremo de la cama,

y estaba dispuesta a hacernos luchar contra la otra fría realidad

para cuando decidiéramos salir de entre el calor de las sábanas.

Sugerí que debíamos tomar ejemplo de todo lo que alguna vez nos habían dicho que así debía ser el amor y fuimos más felices siendo arrogantes con una vida que no estaba diseñada para nuestros despegados post-it.

No me hizo falta decirte nada aquella madrugada.

La piel supuso que había llegado la hora de tomar el relevo en lo que se refiere a la expresión oral.

Nos habíamos quedado ciegos y mudos esa noche.

Escuché el silbido de llama mecida por el viento,

sentí cómo se me erizaba la piel,

(cómo se nos erizaba la piel);

olimos la naturaleza viva, 

confundida,

respirando,

mientras saboreábamos la llegada de un amanecer nuevo.

Languidecimos y morimos de la misma manera en la que habíamos surgido

para ser amor de entre la nada.

Y regresamos a nuestro estado de letargo

por siempre jamás.

Claudia Mtnez.  

El viajero

Y aquí me hallo. Ante la mayor decisión de mi vida, en una situación que nunca habría podido imaginar, ante el cambio más doloroso e importante que afrontaré nunca. Elegir entre lo que debo hacer, elegir entre que lo que quiero hacer. Elegir entre lo que para ti será bueno o no.

Gracias.

Bueno hoy es el día, hoy empezamos, hoy volvemos... Pero antes de nada, en primer lugar, gracias. 

Si, sería de ingratos, no decir estas palabras, pues debo darlas. Gracias... 

Gracias a los que siempre estuvieron ahí apoyándome, con su incondicional lealtad. Gracias a los que me dieron aunque sólo fuera, momentáneamente, unas palabras de ánimo para seguir escribiendo. Gracias a todos los que me leyeron, gracias a los que me siguieron. Gracias a los que siempre creyeron en mí, y gracias a los que no, a los que me fallaron, a los que me dieron la espalda, pues sus maneras me curtieron, me hicieron más fuerte, su arrogancia, o su desfachatez, también me enseñó.

Y sobre todo gracias a ti. Que cuando decidí que no quería escribir más, creaste este blog, con un diseño nuevo y genial, para motivarme a seguir escribiendo, que hiciste lo que ninguna otra persona hizo, que siempre has estado ahí, mejor que nadie, dándome fuerzas, cuando las necesitaba. Te debo mucho, mi niña, y por eso hoy, te doy las gracias.