14/9/16

Los lectores anónimos.


 Hoy quiero contaros una anécdota, bueno, no sé si podría clasificarse así. Haremos una cosa, seguiré escribiendo, y vosotros decidiréis cómo queréis llamar a esto. Lo podéis dejar en la caja de comentarios.
Bien, yo diría, que cualquier empresa, labor o hobby, con tintes creativos, siempre arrastra una pequeña carga. No es fácil tener la moral alta en algo que ciertamente es intangible. Es decir, si tu fueras leñador, podrías medir el resultado de tu trabajo en troncos cortados, poniendo el ejemplo más burdo que se me ha ocurrido, ¿no? Pero si eres pintor... ¿Puedes medir tu trabajo en base a la cantidad de resultados? No, claramente, puedes haber pintado muchos lienzos, pero si son garabatos sin sentido, ni armonía, no tienes nada. Así que como decía el resultado de tu trabajo, de tu labor, de tu empeño... Ya sea como hobby o como algo profesional... No es tangible. Porqué además, habrá a gente que le guste y a gente a la que no. Y eso a veces, puede resultar desmoralizante.

Uno, ante esta situación debe buscar aplomo, recordar que hace lo que hace porqué le gusta, porqué lo disfruta, buscar mejorar, ser más perfecto, afín de que tu obra lo sea también... Y sobre todo debe buscar no estar sólo, los humanos, siempre debemos buscar alejarnos de la soledad, pese a que un poco de esta de vez en cuando, es buena, a menudo recibimos dosis demasiado grandes de la misma, que no son nada buenas. Y si además, cómo decíamos, estamos practicando una labor, en la que dejamos todo nuestro sentimiento y que a veces puede no ser tan grata cómo esperábamos, con la correspondiente decepción que eso arraiga... Pues necesitamos tener a gente que nos recuerde, que hay cosas peores, que no debemos entristecernos, que eso nos debe proporcionar placer independientemente de los resultados que obtengamos y que sobre todo, si el resultado no es el esperado, debemos mejorar, siempre es bueno mejorar y a veces la derrota y al decepción son grandes maestras.
Por ello, lo mejor, para no olvidar lo que nos mueve, la magia que alimenta nuestra creatividad, el sentimiento, el deber, la pasión... Lo mejor para no entristecer y caer en la derrota hasta ser cegado por la misma... Lo mejor para recordar, es el animo. Los ánimos dados por seres queridos, de confianza, conocidos... Es la luz que nos puede guiar para usar la negatividad como maestra y no cómo lastre.
Pero esos ánimos no siempre son de alguien conocido, de confianza o querido. A veces, simplemente basta con alguien desconocido, o quizás y mejor dicho, anónimo. A veces, no contamos con un discurso, sermón o charla alentadora, a veces no contamos con un abrazo reconfortante o con alguien que nos imbuya de su buen humor hasta hacernos levantarnos, para reír y luego seguir el camino.
Hoy os quiero hablar de eso. Antes de éste, yo tenía otro blog, en el que empecé con mucha ilusión y trabajando mucho. Y aunque no fueron grandes, si hubo resultados, que para mí, por pequeños que fueran, eran positivos y gratos. Pero la vida es muy maleable y muchas cosas pueden cambiar... Y hay veces, muchas, además, que en nuestra moral toman partido factores ajenos al proceso creativo. Circunstancias personales, económicas, laborales, etc.
A mí me pasó eso. Empecé a perder el ánimo y cada vez me costaba más escribir, hasta que, finalmente, perdí el ánimo. No fue algo negativo en verdad, ni fue algo de lo que me arrepienta. Aprendí mucho, y cómo una vez escuché "con el tiempo hasta los malos recuerdos, son buenos". De todo se aprende, y si aprendemos a enfocarlo, las derrotas, las heridas y los golpes, nos hacen aprender. Cada cicatriz puede ser una sabia lección o una dolorosa carga, eso depende de nosotros. Hasta la oscuridad más profunda, puede ser maestra, y portadora de sabiduría.
Para mí, al final, fue bueno, hay cosas que quizás hubiera preferido que hubieran ocurrido de otra forma, pero lo que pasó, me enseñó, y me impulsó seguramente a cambiar algunas cosas de mi forma de escribir, como resultado a esa serie de circunstancias, me impulsó a empezar otro blog, de otra forma, el anterior tuvo un periodo de vida, un ciclo, que acabó, y ahora, con este blog que tengo, empieza otro ciclo, otra ventura.

Sin embargo, no hay que olvidar, y ahora, tras todos los rodeos que os he hecho dar para decíroslo, os diré porqué. Cómo decía, no hay que olvidar, y por eso quiero agradecer, a un pequeño grupo de lectores anónimos, su fidelidad. No os conozco, ni siquiera sé si seguiréis este blog, pero gracias. De verdad. Pese a los malos momentos, pese a mi progresivo abandono del blog, vosotros estuvisteis ahí, quizás me conozcáis, quizás no. Pero os debo dar las gracias, porqué siempre me leísteis y seguisteis. Cuando el blog recibía muchas visitas, y cuando no recibía tantas... Gracias por ello. En cada entrada siempre había un número mínimo de visitas y de "+1". Cómo mínimo siempre tenía una cifra fija de lectores, y de ahí crecía más o menos, pero vosotros, esos lectores anónimos, que siempre me seguisteis, me infundisteis mucho ánimo, y muchas fuerzas. Así que no me cansaré de decirlo. Gracias, sin vosotros me hubiera rendido mucho antes, sin vosotros, seguramente hoy no seguiría escribiendo con las mismas ganas en este blog. Fuisteis leales hasta el fin, y yo, os lo agradezco de corazón.

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