Hay un momento en la vida de todo hombre, en el que debe dar un gran
paso, en el que su concepción debe cambiar completo, debe dejar de
ser un niño, para ser un adulto. Unas veces es más tarde y otras
veces más temprano, pero al final siempre pasa, tarde o temprano te
ponen delante de ese estrecho y angosto sendero que es la adultez,
ese camino que no puedes recorrer sino dejas de ser un niño, un
inmaduro, un inocente.
Para mí ese momento fue, no un shock, pero si un momento nada
liviano. Quizás para otras personas esa transición fuera o sea más
amena, más sencilla, para otras seguramente será mucho más dura de
lo que fue para mí, y habrá otras que irán desde no haber
terminado del todo esa transición, y encontrarse a mitad de camino,
a mitad de cambio... Hasta a no haberla hecho nunca, ya que hay
algunas personas que son verdaderas inmaduras e inmaduros, por no
decir completos imbéciles.
Eso es algo que todos, tenemos que hacer, de una forma u otra, antes
o después, pero que debemos hacer, es lo que toca, no hay otra y es
lo mejor, por dura que sea dicha transformación...