20/5/17

Libertad

 Se ve que las ganas de escribir, no han menguado. Las ideas afloran, esta es la entrada número catorce y odio escribir este tipo de cosas, no me gusta ni lo que estoy escribiendo, ni cómo lo estoy haciendo, hoy no me gusta nada. Siento que estoy escribiendo una especie de blog, de los que me asqueo, ese tipo de relatos donde un gilipollas te cuenta en su blog su vida, donde te escribe una entrada vacía y que se nota que escribe sólo por rellenar el blog, donde no te cuenta nada que de verdad te interese, siento que estoy escribiendo eso y de verdad que me estoy mosqueando. Más aún. De verdad, querido lector que recorres estas líneas, no pierdas tu tiempo, tengo mejores cosas escritas. Ve a verlas.
Supongo que todavía sigues aquí. Una de las pocas personas que debe tener suficiente tiempo libre para poder invertirlo en algo tan poco fructífero como esta lectura. En fin es tu decisión, no te crítico, pero lo valoro. He llegado a casa, por cierto no te he contado que hoy me han cruzado el camino dos gatos negros, el trece, los gatos, hoy no es un buen día, desde luego.
El caso es que sigo escribiendo, no por la ira, no va a desaparecer por mucho que tecleé. Sino porque me apetecía plasmar una idea a la que llevo un rato dándole vueltas.
Una parte de mí, quiere ser libre, pero ¿Qué significa ser libre...? Qué significa al menos para esa parte... Para esa parte ser libre es no arrastrar nada que pueda ser una carga. Ser libre significa estar sólo. No me contradigo, que ahora sienta una aplastante soledad, no significa que la sufra, sólo que mi mente es la de un jodido loco que no tiene el control sobre sus emociones ni sobre sus estados de ánimo. Quizás esa parte, la depresiva y oscura, sólo anhele ese tipo de libertad para que la soledad no sea tan dolorosa, es decir, lo jodido de estar así, es que en teoría no deberías sentirte sólo. Pero en cambio estando verdaderamente sólo, tienes que sentirte así, así que supongo que es menos doloroso, porqué al menos entiendes porqué te sientes así. Para ser auténticamente libre, debería estar sólo, porqué realmente sería libre si nada me condicionara. ¿a qué me refiero?
Deberías intuirlo ya, pero me refiero a que aunque no lo deseé, no estoy tan mal, si yo quisiera morir, no podría. A ver esto se está tornando muy extraño, aclaración. No deseo morir, ni suicidarme, ni nada por el estilo, quede claro, pero si lo deseara, no podría. Hay elementos que me condicionan a no hacerlo, a sobrevivir, seres queridos y obligaciones. El camino a la libertad pasa por la soledad porqué así quitaría uno de los elementos que me condicionan. Otro sería las obligaciones, (me refiero a las obligaciones que me impone mi mente, no a las cotidianas) que ahora, por importancia por lo menos, se reducen básicamente a escribir, tengo mucho que deseo escribir, porqué siento que debo hacerlo, que debo sacarlo de mi cabeza, que debo transcribirlo, no porque nadie lo lea, sino porque debo hacerlo, se reduce a escribir, da igual si alguien lo lee o luego se quema, no sé supongo que quien disfrute escribiendo entenderá lo que deseo decir.
Partiendo de que consiguiera ser libre, estuviera sólo, de verdad y hubiera conseguido escribir todo lo que quiero... Bueno, sería libre. Sería libre de vivir o de morir, la decisión sería mía, es decir, no habría nada que me obligara sobrevivir, sino que sería una decisión que habría que tomar sólo yo, y en la que no dependería nada más que mi deseo. Eso sería ser libre, libre de todo, hasta de la vida misma, sería deprimente, pero al menos estaría sumido en una tristeza, cuyo origen entendería, que vendría siendo por si alguien no lo ha pillado aún, la falta de motivos para vivir. He ahí la cosa, porqué ahora que tengo sobrados motivos, ya no sólo para vivir, sino para ser increíblemente feliz, tengo estos lapsos tan jodidos... Por eso una parte de mí, esa parte tan hija de puta, desea ser libre, para entenderse.
Ahora surge otra cuestión ¿de verdad quiero ser libre? No, en general, salvo estos episodios, soy feliz, creo que lo soy. Tengo al amor de mi vida a mi lado, tengo amigos leales, muy leales. Pocos, la lisa se reduce a menudo, pero los que no fallan, no fallan. Pero también tengo estos episodios, no los entiendo bien del todo, puedo intuir su origen, su raíz... Pero... Yo que sé.
Estoy sintiendo cosas muy raras ahora mismo, que comprendo todavía peor, la ira se está esfumando y ahora me empieza a embriagar una profunda tristeza... Entiendo el desencadenante de estos estados, entiendo que desata el torrente de brea... Pero no entiendo porqué hay un torrente de brea tan escondido pero tan destructivo y caudaloso. Entiendo también que hay alguna cosas que la alimentan, pero sin embargo ese río negro no se seca, no desaparece. Mengua, crece, se desata y vuelve a su caudal. Pero eso sigue ahí y no entiendo el motivo, entiendo los desencadenantes y los atenuantes.
En fin, esto cada vez va a peor, y encima tonto de mí, intentar hacérselo comprender a alguien me está poniendo peor, si es que para que cojones lo intentaré, para darle razón a lo que sea que hace manar eso, porque eso es lo único que estoy consiguiendo, sentirme peor.

Querido lector que has conseguido aguantar todo este sermón... Te diré que los tienes de piedra. Yo antes tenía un lugar donde depositaba estos pensamientos, pero supongo que se me ha quedado pequeño, que se han desbandado y ya no consigo encauzarlos a un sitio donde permanezcan en el anonimato. Bueno, gracias por tu tiempo y en serio, mis relatos, mis historias, son mejores, más interesantes, mejor escritas, a no ser que quieras que te de un bajón a ti también no deberías estar leyendo estas cosas. Pero aún así gracias por tu interés.

1/5/17

La Libertad

 La libertad que siento ahora, la calma, se acabo, el fin del odio, el fin de la tristeza. La libertad de sentirme sólo, la libertad que trae el final, la libertad que me da la falta de futuro, el conocimiento de mi fin. La libertad que nace en mí a causa del fin de mis preocupaciones, de mis obligaciones, de mis sueños, de mis aspiraciones de mis esperanzas, liberado de mis expectativas, de mi propia confianza en mi mismo, en mi futuro, en mi porvenir, el primero y el único que puede juzgarme. Yo, liberado de ese juicio, de mi juicio, de mi propio juicio. Liberado de mi propio reproche, de mi culpa, de las expectativas que yo mismo puse en mi. Liberado del amor, del cariño, de la confianza, de la lealtad, que dan aquellos que son nuestros seres queridos. Liberado de su compañía, liberado de su preocupación, liberado de su cuidado, liberado de su amor, de su afecto. Libre al fin. Libre de sentimientos, libre de hacer con mi vida lo que he decidido, lo que quiera, que en este caso es esto. Libre. Liberado. Para siempre. Libre de tomar una decisión en base a otra persona, en base a lo que espero. Libre de tomar una decisión respecto a mi futuro, utilizando como único juicio lo que ahora me apetece. Libre. Dado el paso, noto como vuelve a mi la paz. Noto como me abandona la oscuridad, soy sólo libertad, en mi no cabe nada más, y por eso ese manto negro que envolvía mi corazón, se disipa y abandona mi cuerpo, fluye fuera de él. Libre, liberado por mi propia mano, libertadora y verduga. Liberado de la consciencia, poco a poco, lo noto, se va fluyendo, como movida. Ahora todo fluye, todo hacía afuera, todo abandona mi ser. Por mis muñecas mana un incesante y caudaloso rió rojo, que drena mi locura, mi tristeza, mi ira, mi dolor, mi vida, mi fuerza, mi consciencia, mi vitalidad. Y me deja, vacío, libre. Pues sólo hay para mi auténtica, completa y pura libertad... En la muerte, la vida misma me es opresora, me obliga a lo que no deseo, hace mi cuerpo perecedero, a fín de someterme con el tiempo, con la vejez, con la decrepitud. Se acabo la imposición, se acabó la vida, soy libre. Libre de la gente, libre de mis sueños, libre de la vida, y en breve libre de la muerte. Libre de la vejez, libre de los valores, de la maldad y de la honradez, al fin libre... Y sabedor de que no hay nada al otro lado, de que no me espera nada, ningún cambio, ningún estrado celestial o infernal, ninguna transición trascendental... También me hayo libre de la salvación, de la condena y de la reencarnación. Hay muchos tipos de libertad, cada persona aspira a un tipo de libertad, algunos la consiguen con valor, otros no, por cobardía. Esta es mi libertad, el poder desaparecer, pues todo lo que me mantiene existiendo en la realidad, para mí, no es más que una herramienta de represión. No pretendo inculcar una idea, un ejemplo, un legado, nada. Sólo pretendo alcanzar mi libertad. Y ahora esta se aproxima hacía mí, a toda velocidad, cada centilitro derramado es un paso que me sitúa más cerca de la libertad, del descanso. Esta es mi liberación mi revelación. Y al fin alcanzo mi libertad. La libertad.