20/12/17

Hora de pedir perdón.

 Todos, y digo todos, sin excepción, la hemos cagado alguna vez. Y me refiero a "cagarla" como termino general para abarcar todo aquello que puede entenderse como una equivocación, ya sea accidental o premeditada. Entendamos por equivocación, cagada o metida de pata, toda acción que hemos llevado a cabo y nos ha alejado del tipo de persona que debemos ser. Cada persona es un mundo, pero si tú plan de futuro basa en ser un hijo o hija de puta que pisotea al resto para parecer más alto, algo no estás haciendo bien.
De acuerdo. Todos hemos sido (aquí usaré el masculino, pero me refiero obviamente a todas las personas independientemente de su género o sexo) unos cabrones, manipuladores, mentirosos, traidores, falsos, cobardes, aprovechados, estafadores, ladrones, defraudadores, mete mierdas, sabiéndoos, impulsivos, tibios, puteros, violentos, locos, asquerosos... Y un sinfín de malas conductas que por lo menos habremos hecho una vez en nuestra vida, y a veces a gente que incluso se lo merecía.
Que nadie se lleve las manos a la cabeza, porque todos, una vez por lo menos y aunque fuera de una forma mínima ha hecho esto. Y muchas más cosas que mi imaginación no es lo suficiente pérfida o malvada para imaginar. ¿Por qué lo sé? Porque la única manera de no hacerlo nunca, es habiéndolo hecho. En menor o en mayor grado, de manera que descubramos las consecuencias y como nos hacen sentir, y no queramos hacerlo de nuevo. Ejemplo claro. Si de niño te enseñan que pegarle a tu hermanita está mal dándote un sopapo o echándote una bronca del quince, cuando tienes dos años y no tienes la materia gris ni desarrollada del todo ni al cien por cien de su capacidad, sabrás las consecuencias de ser violento, como te hacen sentir de mal, de e avergonzado y a partir de ahí podrás ir aprendiendo porque no hacerlo, ganando motivos para no hacerlo y ser bueno con cada experiencia que esté mínimamente relacionada. Si nunca has sido violento, en tu vida. Tendrás un hueco allí donde debería haber una lección aprendida, que incitará a la curiosidad. O así lo veo. La estupidez, al igual que la maldad, en general salvo casos específicos, vienen del desconocimiento. (O en casos de una mente con algún tipo de trastorno o daño). De la ignorancia. Y repito que he dicho en general. Por eso al equivocarnos, al dejar de ser unos imbéciles y madurar, y no vale de postureo tiene que ser de verdad, vamos aprendiendo y vamos haciéndonos más honrados. Repito, así lo creo.
De manera que todos hemos sido unos cabronazos, y utilizo este término para englobar esa inacabable lista de maldades que en menor o mayor medida, merecidas o no, hemos llegado a hacer.
Y veréis, yo ya me he cansado de cometer errores, y de hacer las cosas mal por ser un gilipollas, o un inconsciente. Quiero encontrar mi camino para ser un buen hombre, siempre he buscado ese camino y no sabéis cuantísimo me he equivocado y seguramente me seguiré equivocando para encontrarlo. Como se suele decir, el infierno está lleno de buenas intenciones. He errado mucho, por desconocimiento y de forma accidental, pero no me las voy a dar de santo. También a propósito, con toda mi malicia, por haber sido un gilipollas que quiero pensar, pues sino no podría convivir conmigo mismo, que no era consciente del todo de las consecuencias y del calibre de cuanto hacía. A vivir con ello toca.
Por eso, explicado y finalizado el preámbulo, es hora de repetir el título y pedir perdón, ha llegado la hora. Cómo decía quiero ser un buen hombre, la clase de hombre que desde niño siempre he querido ser. Escoger el camino que me lleva a serlo, ponerme en paz conmigo mismo, con mis cargas, mis cicatrices y mi pasado y encontrar ese camino, del que me he alejado tanto, tantas veces y del que aún estoy muy lejos. Y eso pasa por ser honesto, responsable y sensato. Y pasa por ser sincero. Así que utilizo éstas palabras para sincerarme y reconocer todo el mal que he hecho, que a quienes ha perjudicado sabrán como les perjudicó. Y dado que para ponerse en paz y seguir adelante sobre todo a la hora de recorrer un camino tan difícil como el que quiero recorrer, hay que cargar mucho, mejor me quito lo prescindible del equipo, y perdono a quienes me hayan hecho daño, accidental o premeditadamente, si alguien tiene que cargar con eso, no creo que deba ser yo.
No sé si alguien desde los que me han golpeado en la vida hasta los que han recibido mis golpes, está leyendo esto. Supongo que hay alguna posibilidad, así que ahí tenéis el mensaje.
No creáis que soy una buena persona por esto. Cómo decía hay que ser sincero, entre muchas cosas, para recorrer éste camino, y la verdad es que no hago esto por ser buena persona. Hago esto porque me interesa. Y lo hago así porque tengo que hacerlo y ahora mismo, al menos en primera instancia así es más fácil.
Esto es más fácil que ponerme cara a cara con agresores y víctimas y hablar con ellos, encararlos y afrontarlos, perdonar y pedir perdón. Me jode decirme esto y duele, pero es la verdad.
De momento no soy tan buen hombre como para ponerme delante de aquellos que me provocaron mal, es algo que al final me tocará hacer, pero aún no soy tan correcto ni tan bueno como para hacerlo, todavía me quedan malos hábitos que pulir, no estoy huyendo, sólo no me precipito hacía algo para lo que no estoy preparado.
En cuanto a la gente que yo he hecho daño... He buscado y pedido disculpas a muchos, unos me han perdonado, otros... Otros no. Aún me queda una lista muy, muy larga de afectados, pero poco a poco voy y espero seguir tachándola. Me queda más trabajo del que pareciera que una vida puede abarcar. No voy a rehuir a nadie, y si alguien cree que le debo una disculpa, le invito a venir a pedirla si no quiere esperar a que yo vaya a dársela. Si alguien quiere ofrecerla... Sinceramente me da igual. Esperar una disculpa sería tan egocéntrico como negarse a darla cuando toca. Las disculpas se dan, cuando tocan. Pero no se esperan.
En fin, si alguien, alguien a quien he hecho daño, está ahí, al otro lado leyéndome... Ya lo he dicho, pero que mínimo que sintetizarlo:
Lo siento. He sido durante mucho tiempo un imbécil muy, muy grande. Es culpa mía y sólo mía. Se debe a una gran ignorancia, que hasta el día de mi muerte me acompañará porque no creo que nunca nadie sea demasiado sabio. Siempre se ha debido a ignorancia, porque decir que soy así, que simplemente soy malo, en vez de haber estado equivocado cuando hacía algo malo, dañino o perjudicial, decir eso sería escudarme, esconderme, ampararme detrás de una excusa. Y no la hay. Si he hecho daño, ha sido culpa mía y sólo mía, por haber sido estúpido, por no haber sido más sensato o sabio. Pido perdón, por lo que hice, y por lo que haré, pues a día de hoy nadie es perfecto y sería un puto hipócrita si dijera que nunca más me voy a equivocar. Sólo me queda prometer que pese a todo, lo pasado, presente y futuro, intentaré acercarme a ese camino, siempre, por duro que sea y cuando lo encuentre recorrerlo sin descanso, aunque sea un camino que nunca ha de terminar. Esto es lo que hay y nada más. Perdón.
Realmente escribir esto, con sinceridad y desde el corazón me cuesta, porque me sería más fácil ir a algo sencillo e impersonal, que sería otra equivocación y otra cosa por la que pedir disculpas.
Supongo que me cuesta porque la mayor cobardía es la que sentimos hacía nosotros mismos, el miedo a equivocarnos y ha plantar cara a nuestras equivocaciones. Así que sí, podéis llamarme cobarde porque me cueste pedir perdón, sincerarme y abrirme con total honestidad. Pero aquí ando, intentando combatirlo. Nosotros somos nuestro peor enemigo y yo he sido demasiado enclenque moral y éticamente durante demasiado tiempo, dando lugar a numerosos errores. Por ello me encuentro en ésta tesitura y por ello me toca lo que me toca. Tarde, demasiado tarde he comprendido por donde pasan los valores que tanto buscaba, la fuerza, la valentía, el honor... Y otro más. Y pasan por aquí. Son necesarios para esto. No hay nada más difícil que ser un buen hombre (O una buena mujer, repito de nuevo que no hago distinción pese a usar el masculino) y si hay algo para lo que hace falta tener un par de cojones y ser el más duro, es precisamente para eso. Para serlo sin utilizar excusas como que es difícil, o como que es solitario y desamparado.
Si hay alguien por ahí, que se encuentre en una tesitura similar, te animo a que empieces a pedir disculpas y a ser una buena persona, una persona integra. Uno no se siente bien por ello, pero es un comienzo.

Queridos lectores, un placer escribiros, una vez más. Y gracias, muchas gracias por vuestro tiempo y por la oportunidad que por lo menos hoy, y a menudo, me proporcionáis de ser una mejor persona, a la par que un mejor escritor. Cuidaos mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario